Una familia correntina necesitó casi $210 mil para no ser pobre
La estadística fue publicada por el Instituto de Investigación Social, en base a un sondeo realizado en comercios barriales de seis municipios en junio. En 30 días, los artículos de la canasta básica para una familia subieron más de $5.800. El relevamiento se realizó en comercios de las localidades de Capital, Empedrado, Goya, Santa Rosa, Mercedes y Monte Caseros.
El Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI) de Corrientes publicó el Índice Barrial de Precios correspondiente a mayo. Del documento se desprendió que una familia tipo necesitó $208.488 para acceder a la Canasta Básica Total (CBT) y no encontrarse por debajo de la línea de pobreza.
Por otro lado, el rubro verdulería acumuló incrementos interanuales que fueron del 166,24%. Y las carnes, a diferencia de temporadas anteriores, fueron las que menos subieron, con un 68,70% acumulado en la comparación de año a año. El relevamiento se llevó a cabo en más de 300 negocios barriales de seis localidades: Capital, Empedrado, Goya, Santa Rosa, Mercedes y Monte Caseros.
Otro dato a destacar es que para cubrir la alimentación básica (medida a través de la Canasta Básica Alimentaria o CBA), durante el mes se requirió una inversión de $93.492,55 y así no caer en la indigencia.
Partiendo desde junio del 2022 al mismo mes del 2023, con respecto a la variación anual, se registró un acumulado del 111,92% en la CBT, representando un valor de $110.109,67. Mientras que en la CBA fue del 112,87%, representando un valor de $49.573,48. Vale recordar que este es el conjunto de alimentos y bebidas que satisfacen requerimientos nutricionales, kilocalóricos y proteicos, cuya composición refleja los hábitos de consumo de una población de referencia. Por otra parte, la CBT amplía la Canasta Básica Alimentaria al considerar los bienes y servicios no alimentarios.
Los rubros que más aumentos interanuales registraron fueron verdulería (166,24%) y almacén (124,45%). Y en contra de la tendencia de los últimos, las carnicerías no lideraron el podio de aumentos (68,70%).
En el mes de mayo, una familia tipo necesitó de $202.591, 31 para acceder a la CBT. Es decir, que en 30 días el mismo grupo representativo requirió invertir $5.897 más para no ser pobre, significando una variación intermensual de 2,5%.
Productos de almacén
El rubro con mayor aumento en junio fue almacén, alcanzando el porcentaje de 5,79%. Los artículos con mayor incremento fueron salame 20%; galletitas saladas 13,33%; fideos guiseros 13,04%; pan 12,50%; y arvejas 11,11%.
En segundo lugar quedó el rubro verdulería, que presentó un aumento de 2,87%. Las verduras y frutas con mayor incremento fueron: papa 20%, zanahoria: 12%; cebolla: 11,11%; y huevos: 2,86%.
Por último, el rubro carnicería obtuvo un aumento del 1,92%. El corte cárnico con mayor incremento fue la paleta con un 8,33%.
Al finalizar, el informe destaca que la suba de los precios se torna irremediable a pesar de los ajustes que el Gobierno nacional implementa para hacer frente a la inflación.
Por lo tanto, y como consecuencia de este incremento sostenido de los precios, sectores como los barrios populares presentan dificultades al momento de mejorar la calidad alimenticia de sus familias; además de hacer frente al pago de otros servicios como la energía eléctrica y la señales de internet.
Brecha con el campo
Según el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD), elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, en junio los precios de los agroalimentos se multiplicaron por 3,5 veces del campo (origen) a la góndola (destino). Es decir, al igual que durante el mes de mayo, el consumidor pagó $3,5 por cada $1 que recibió el productor. En promedio, la participación del productor explicó el 25,2% de los precios de venta final. La mayor participación la tuvieron los productores de huevo (50,5%), y el menor fue para los de limón (8,3%). Por tercer mes consecutivo, el limón fue el alimento con mayor brecha.